Tom Kaulitz, el estudiante estrella de la carrera de física
nuclear de la universidad de Berlín andaba a casa de regreso de un exámen de
calculo vectorial sintiéndose la persona más dichosa del mundo. Acababa de
casarse hacía poco con la chica de sus sueños, tenía un trabajo y sueldo
envidiable y calificaciones perfectas.
Amaba su vida.
Gracias a haber acabado rápido su examen , podía llegar a su
casa antes de lo planeado… era temprano, quizá Ria quisiera ir a cenar o al
cine ; si , ¡era la tarde perfecta!
Sí claro, perfecta. Entro a la casa dejando el auto
perfectamente estacionado, tal vez no era un Ferrari ultimo modelo, pero le
hacía feliz… aunque la gente le dijera que estaba bueno para el deshuesadero.
Abrió la puerta, había un desorden algo inusual, pero no le
importaba mucho, nada que no pudiera arreglar cuando volvieran en la noche .
Subió a la habitación donde algunos ruidos inusuales empezaron a escucharse sin
que los identificara de inmediato, hasta que llego a la puerta de la habitación…
abierta.
Oh por Dios.
Ahí estaba Ría, su hermosa y adorada esposa en la cama con
Darriel , su mejor amigo ; que había sido su padrino de bodas y su vecino desde que tenía 5 años…
-¡Tom! – dijo la alborotada pelirroja quitándose al hombre
de encima – Yo no quería…
- ¡Tom!
El rubio de traje solo salió huyendo dejando caer el
portafolio en el piso lleno de formulas y ecuaciones integrales y salió de
nuevo a la calle, las lagrimas comenzaron a caer por su rostro de manera
descontrolada , casi haciendo que no pudiera ver a donde iba ; por lo que
terminó por sentarse en una banqueta a llorar ; debía ser una pesadilla.
¿Cómo había ocurrido eso? ¿¡Por qué?!
Le había abierto su corazón, la trataba como reina, le daba
todo lo que pudiera pedir ¿Qué mas quería? Era cierto que últimamente estaba ocupado
con su proyecto de física termonuclear, pero regresaba lo antes posible aun
cuando estuviera agotado.
Su corazón parecía caerse a pedazos con cada lágrima. Se
quitó los ahora empapados anteojos para vista cansada de llevaba y al levantar
la mirada, al otro lado de la acera, fue cuando lo vió.
Un anuncio de papel algo arrugado , de color blanco con tan
solo algunas letras negras , que decían explícitamente:
¿Problemas de Amor?
Trata con los expertos
01-800- LoveGame
No decía más. Debía ser una farsa como todos los tipos de la
televisión que garantizaban sus embrujos con velas , inciensos y al final te
cobraban todo lo posible ¿no?. Pero el
número era gratuito…
Además decía que se trataba con expertos…
En un arraque de locura total sacó su celular , el único objeto
personal que llevaba consigo en ese momento, y marcó el número en la pantalla,
para después presionar el botón , llamar.
Sonó la línea, definitivamente el numero era real…
Sonaba y sonaba , pero no había nadie al otro lado ;
finalmente un mensaje de texto llegó cortando la llamada “en unos momentos
llegará el experto” y entonces el teléfono se apagó.
¿Pero que rayos? SI tenía la batería completamente cargada.
No terminaba de desviar la mirada, cuando un auto convertible negro se detuvo
frente a el con un apuesto chico de cabellos negros y finas facciones como
conductor. La verdad es que el chico era hermoso .
-Ven, súbete- indicó el con su voz fina sonriendo dejando ver
un poco sus ojos avellana bajando los
lentes oscuros que portaba mirándolo de pies a cabeza
-¿Quien eres tú?- preguntó Tom dudando sin moverse de la
banqueta
- Bueno, mi nombre es
Bill. Tú me acabas de llamar. ¿Te llamas Tom cierto?
-¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó asustado el pasante de
física sin comprender
-Fácil, lo dice en tu gafete… espero que no lo hayas traido
todo el día- dijo el pelinegro – bueno no importa, vámonos ya ¿si? … ¿o
prefieres volver a tu casa?
Sin animos de preguntar el chico subió al convertible y
enseguida Bill tomo la carretera hacia algún lugar
-Ey límpiate esas lágrimas , que te ves mas sexy sin ellas.
Estás guapo, aunque con esa pinta de nerd… - dijo el pelinegro rodando los ojos
mientras conducía , para acabarla, a exceso de velocidad
- ¿A dónde vamos?- preguntó Tom sonriendo un poco… muy a su
manera, pero Bill parecía ser amigable
-Primero a que te quites eso… el traje no te va, ¿sabes?-
dijo acelerando hasta los 200 km/hr , lo suficiente para materse de un momento
a otro
-Bueno, es mi uniforme…
-Olvidate , de el ; lo vamos a remplazar – dijo guiñándole un
ojo y estacionándose en una casa al parecer en medio de la nada, bastante
grande por cierto- bienvenido a mi casa, sígueme
-Gracias… - dijo aun desanimado siguiendo a Bill por los
pasillos, los cuales tenían un aspecto bastante genial. En seguida se veía que
al chico le iba bastante bien.
-Veamos que puedes hacer – susurró Bill para si mismo
quitándose el cinturón dejando ver el tatuaje en su cadera y deshaciéndose de
la chaqueta que llevaba quedando en una pegada y ajustada playera de tirantes
Se detuvo de repente a medio pasillo , recargándose en el
muro y bajándose un poco más el pantalón dejando ver su estrella miró al rubio
que lo miraba nervioso
-A ver, cuéntame Tom. ¿Por qué me llamaste?- dijo con una
voz sensual , y quitándose los lentes, revelando una mirada profunda y de deseo
- Pues … yo…no quisiera…
-Bien- dijo Bill sin dejarlo terminar de hablar – a partir
de ahora, eso no existe ¿ok?- le indico acercándose contoneando su cadera
sensualmente y sonriendo de manera perversa
-Ok… ok- respondió el rubio bastante distraído, la verdad es
que con Bill enfrente , Ria se le había olvidado casi por completo
- Bueno , vamos a quitarte esto guapo – dijo tomándolo de la
cadera acariciándola un poco susurrándoselo casi en el cuello , dejándolo
atónito . Bill lo tomó de la mano y lo llevó a una de las habitaciones, donde
un enorme closet repleto de ropa se extendía frente a ellos- quítate eso – dijo
desabrochándole el saco mirándolo a los ojos , para después sacar prendas del
armario y ponerlas frente a el- ¿Qué pasó?
-No , nada…
-Mira, esto se quita así – dijo poniéndose frente a él y sacándole
la camisa rápidamente – supongo que
sabrás quitarte lo demás
-Yo… claro- dijo mientras Bill se volteaba comenzando a
quitarse los pantalones… la ropa que Bill tenía ahí era algo extraña
-Ponte esto- dijo lanzándole una camisa casi idéntica a la
que el traía , ajustada y sin mangas – tienes musculos , no se porque no los
enseñas – dijo sacando un pantalón flojo de mezclilla y lanzándoselo también
- ¿Estas seguro de esto? – preguntó mirando la ropa ; nada
familiar para el ; siempre se le había enseñado que esa vestimenta la ocupaban
los vagos
- Apurate, que te tengo que peinar y no tenemos todo el día-
dijo haciendo su cabello hacia atrás y sacando un bóxer negro y ajustado nuevo
de un cajón – y ponte esto, que te veo capaz de traer los calzones de mi abuela
Tom los tomó y se los puso lo más rápido que pudo , sin que
Bill lo mirara en absoluto. La verdad es que toda la ropa le quedaba bien … lo
cual le sorprendió
-Bieeeen – cantó el pelinegro al por fin mirarlo con el
atuendo – ahora esto – dijo quitándole la liga que traía en el cabello –
gracias a Dios no traes casquete corto
-Bueno… me he resistido un poco a cortármelo… pero el
director amenazo con que…
-Déjalo que hable, igual no le vamos a poner atención – dijo
sentándolo frente a un espejo y sacando un gancho de tejer
-¿Que harás?- preguntó Tom comenzando a confiar en él.
- No preguntes y mira- dijo tomando mechón por mechón y
comenzando a darles forma , dejándole el cabello en rastas rubias que le daban
un toque bastante sexy.
-Me gustan…- dijo Tom timido , ¿Cómo podían gustarle esas
cosas?
- Te quedan… te quedan muy bien… bueno , ¿te gustan los
piercings?
-¿¡Que?!- respondió Tom asustado. Las agujas no eran lo
suyo.
- Quedate quieto- dijo Bill tapándole los ojos con una venda
y perforándole el labio, antes de que el otro pudiera darse cuenta
-¡Auch!- se quejó Tom , pero ya todo había pasado y ahora
una pieza metálica ocupaba ese lugar
-Bueno, no tenemos todo el tiempo del mundo- dijo Bill
quitándole la venda y dejándolo mirarse al espejo - ¿Qué tal?
Tom se miro sin reconocerse en el espejo… pero le gustaba,
le gustaba mucho
-Vámonos, aun tengo bastante trabajo- dijo llevándolo de
vuelta al auto y arrancando en dirección a la costa. Aún faltaba mucho que
quería enseñarle…