miércoles, 3 de julio de 2013

Rapunzel (UruKai) Capítulo 4


Rapunzel 4. Una nueva estrella...

Pasaron los días; y muy pronto, semanas también, y el rey de Luminaria estaba completamente desesperado; y no solo por el compromiso que debía cumplir. Su único hijo no aparecía por ningún lado, sus tropas habían registrado todo el lugar e incluso, salido a los más lejanos reinos esperando hallar al príncipe; pero nada ocurría.

Uruha estaba completamente desaparecido, y al parecer, ni las fuerzas mágicas o bélicas del reino podían traerlo de regreso…

-No, eso si no- dijo Ruki mientras bajaba con la canasta de alimentos vacía, después de alimentar al castaño de largos cabellos.

- Dices que mientras su cabello esté en la torre; Aoi no se dará cuenta ¿no?- insistió el rubio sin rendirse esperando la respuesta afirmativa del otro, que estaba completamente renuente a la idea.

-No debería- respondió terminando de bajar las escaleras para dirigirse a la casa, donde Reita aún seguía en cama después de la última recaída que había tenido.

- ¿Entonces? Su cabello se quedará adentro, ¡lo prometo!

- Lo estás diciendo en serio ¿verdad?

-Nunca rompería una promesa así…- concluyo el príncipe mirándolo a los ojos mostrándole su sinceridad…lo estaba diciendo muy en serio

- De acuerdo; pero que sea rápido.

-Gracias- dijo el príncipe corriendo a subir las escaleras a toda velocidad; lo cual, era mucho más cansado que subir por el cabello de Kai como cuerda, pero también, más rápido y seguro.

Le había dicho al castaño que había encontrado la forma de abrir las dos puertas sin la llave, pero nunca que Ruki era quien le permitía subir, Aún no era tiempo de que lo supiera….tenían todo bien calculado.

-Kai…

-¡Uruha!- dijo el chico lanzándose a sus brazos mientras lo besaba tiernamente - ¿Cómo haces para llegar tan rápido?

- He encontrado algunos atajos – mintió sonriendo observando sus hermosos ojos color avellana- pero…te tengo una sorpresa

-¿Sorpresa?- pregunto Kai extrañado.

- Espera a que obscurezca… ya no falta mucho.

- ¿A que obscurezca?

Pronto; la luna sustituyó al sol alumbrando con su pálida faz platinada el exterior, donde el día se acababa para que un cielo estrellado los cubriera con su manto de calma.

-Ven; vamos- dijo el príncipe acercándose a la ventana que estaba más próxima al techo de la torre

-¡¿Afuera?! ¡Pero…!

-Tranquilo… todo está planeado…

-Ruki…

-El lo sabe. ¿Vamos?- dijo extendiéndole la mano; que segundos después, el castaño tomó con confianza y después de algunos segundos, el techo de el alto monumento quedo bajo sus pies, dejándolo arriba de ellos solo el oscuro manto estrellado

-¿Que te…?

Uruha se negó a terminar la pregunta al ver el rostro del Castaño, que mirando al cielo; no podía creer lo que tenía ante sus ojos…las estrellas formaban figuras inentendibles y resplandecían en armonía con las otras, tal como si con su luz, entonaran una hermosa melodía incomprensible para los hombres que como el, intentaban descifrarla.

-Pero…

-Ven; siéntate…es peligroso andar acá arriba- dijo el rubio llevándolo junto a la ventana; de modo que, justo como lo había prometido, su cabello permaneciera adentro.


El solo ver su expresión de ilusión al estar fuera; hacía que deseara mandarlo todo muy lejos, y sacarlo de una vez por todas de ese lugar. Pero ya se la había prometido a Ruki … tal vez, si no lo hubiera hecho…

-Uruha… ¡Uruha!- dijo el castaño sacándolo de sus pensamientos de golpe

-¿Qué ocurre?- respondió sonriendo sin poder dejar de mirarlo

- ¿Por qué…forman figuras?- pregunto sonrojándose por su ignorancia. Si Uruha era un príncipe, seguro el sí debía saberlo…

-Dicen cosas… yo no se interpretarlas bien pero…lo hacen- respondió mirándolas también sin comprenderlo bien – nos guían…

-¿Cómo?

-¿Ves esa de ahí?- dijo señalando una muy brillante, seguida de otras dos

-Si…

-Se llama Orión… esas tres son su cinturón

-¿Y esa?

-Pegaso…

-¿Y esa?

-Capricornio…

-¿Y esa de allá?

-Mmm… ¡Kai!- dijo sin saber el nombre dela extraña estrella, que de repente había aparecido en el cielo de la nada…

-¿Kai? ¡Eso no es cierto!

-¡Sí lo es!

-¡Claro que no! ¡Lo acabas de inventar!- dijo mirándolo sonriendo; tal vez no sabía nada de estrellas, pero ¿Qué una se llamara Kai? Eso ya era demasiado.

-Pues para mí, se llama Kai - contestó besándolo suavemente sin dejarlo contestar…

- ¿De cuando acá tú les pones nombre?- preguntó sonriendo sin despegarse mucho de él

-Siempre hay una primera vez…- susurró sintiendo como el aire helado de la noche los recorría haciendo al otro temblar- Ven; vamos abajo…empieza a hacer frío

Kai pronto se quedó dormido en los brazos de su príncipe una vez que estuvieron abajo… las estrellas lo habían arrullado rápidamente junto con el frío de la noche, que iba aumentando con el pasar de los días…no por nada estaban en Diciembre.

Las siguientes noches transcurrieron fuera de la torre, y en algunas veces, incluso el día. Mientras su cabello estuviera dentro, no había porque temer…pero eso, no iba a ser posible

Una tarde mientras el sol comenzaba a ocultarse, un terremoto asoló la tierra, haciéndola moverse violentamente, mientras ambos chicos, permanecían en el techo intentando sostenerse.

-¡Ahhh!- gritó Uruha al resbalar por algunas tejas que comenzaban a romperse con el movimiento y agarrándose únicamente de un peñasco de las salientes de la torre, amenazando con dejarlo caer al vacío en cualquier momento

-¡No! ¡Kai!

-¡No te muevas de ahí!- dijo el príncipe ideando una forma de no caer, pero aquel pequeño peldaño de donde se sostenía no aguantaría mucho tiempo

-¡¡URUHA!!

-¡¡NO KAI!!-gritó cuando el ultimo fragmento se resquebrajó y comenzó a caer viendo al hermoso chico de hermosos alejarse hacia arriba. Cerró los ojos y esperó la inminente caída que…nunca llegó.

-Uruha…- susurró el castaño tomándolo de la mano; impidiendo que muriera

-No Kai…

Fue entonces cuando se dio cuenta… Su cabello…todo el estaba fuera de la torre.

El cielo se tornó oscuro de repente, cubierto por una densa niebla oscura y venenosa; mientras los truenos alumbraban el cielo haciendo que la tierra se estremeciera aún más.

Aoi , el hechicero oscuro; estaba ahí con su manto de terror, mientras que en la pequeña casa, el mayor de los hermanos, perdía de nuevo el conocimiento…

No hay comentarios:

Publicar un comentario